Hipertrofia prostatica

Definición

Es el aumento del tamaño de la glándula prostática producido por un aumento relativo de los estrógeó (hormonas femeninas) sobre la testosterona (hormona masculina) que aparece con la edad en los hombres.
Causas
Las células de la próstata poseen receptores con sensibles a la testosterona y a los estrógenos, cuando el equilibrio varía por la edad este desequilibrio estimula la producción de factores de crecimiento celular originando el progresivo aumento de tamaño de la glándula que puede ser variable dependiendo de otros factores.
Otros factores predisponentes al aumento del tamaño de la próstata son la existencia, en personas mayores de 70 años, de obesidad, hipertensión, intolerancia a los hidratos de carbono por resistencia a la insulina y alteraciones en las grasas de la sangre. En estos casos el volumen prostático es cuatro veces superior y más rápido que en personas de la misma edad sin estos factores añadidos.
Síntomas
Al ser el crecimiento prostático un proceso lento los síntomas aparecen progresivamente, se llama prostatismo y aparecen secuencialmente entre ellos los principales son :
  • dificultad para orinar
  • chorro urinario de poca fuerza
  • necesidad de orinar frecuentemente
  • necesidad de orinar por la noche
  • necesidad de apretar para conseguir vaciar la vejiga
  • el acto de orinar se realiza en dos tiempos con chorro entrecortado
  • sensación de que la vejiga no se vacía completamente
  • dificultad para iniciar la micción
  • goteo de orina al acabar
  • sensación imperiosa de orinar
En ocasiones puede llegar a producir síntomas más graves como son la imposibilidad absoluta para orinar (retención urinaria), infecciones urinarias, la presencia de sangre en la orina o la alteración de la función de los riñones.
El pronóstico es impredecible y variable ya que puede permanecer estable o con cuadros más agudos en brotes o aumentar progresivamente o a veces debutar con una retención urinaria aguda . En la mayor parte de los casos es un desarrollo progresivo.
En algunos casos mejoran solo disminuyendo la ingesta de líquidos.
Diagnóstico
Como en todos los casos los síntomas orientan al diagnóstico, con la sospecha clara se debe realizar un tacto rectal. Por medio de ésta exploración el médico puede palpar el tamaño de la próstata y saber si está aumentada de tamaño o no y su consistencia para descartar un tumor.
Un análisis de orina permitirá saber si hay o no una infección urinaria coexistente.
Se realizará un análisis para valorar el antígeno específico prostático (PSA), sustancia producida por la próstata que debe encontrarse dentro de unos límites, en relación a la edad y al tamaño prostático, para ser considerada normal. Si está elevada se realizarán otras exploraciones para comprobar si existe o no una patología más grave.
A veces se utilizan métodos para medir el flujo de la orina, y puede ser útil la ecografía abdominal para medir el tamaño de la próstata y descartar otras enfermedades en la vejiga o la presencia de cálculos en su interior.
Tratamiento
Como tratamiento medicamentoso se utilizan:
  • Las Hormonas, como los inhibidores de la 5 alfa reductasa (Finasteride). Se utiliza en períodos largos de 6 meses para que su eficacia sea óptimo, pudiendo lograr una reducción del 30% del volumen de la próstata en la mayoría de los casos. Si el efecto es el esperado se mantiene durante años.
  • Los fármacos alfa bloqueantes selectivos, como la alfuzosina, la doxazosina, la tamsulosina y la terazosina. Estos medicamentos actúan relajando los músculos de la salida de la vejiga, de la uretra y de la próstata, mejorando la dificultad para orinar en más de la mitad de los pacientes.
Se utiliza la cirugía en los casos no controlados de retención de orina, infecciones repetidas de orina por la obstrucción prostática, en caso de presencia de sangre en la orina proveniente del adenoma prostático, en caso de formación de cálculos en la vejiga o si aparecen divertículos vesicales en el estudio realizado.
La cirugía de la Hipertrofia benigna de próstata es muy efectiva con los síntomas pero tiene muchos efectos secundarios, por ello la decisión debe ser muy pensada.
De modo simplificado, se puede decir que hay dos procedimientos quirúrgicos: la resección transuretral de la próstata y la adenomectomía prostática abierta.
La resección transuretral prostática se realiza pasando un instrumento a través de la uretra que cortar mediante energía eléctrica la próstata, consiguiendo mejorías en un 70 a un 90% de los pacientes.
La adenomectomía prostática se realiza mediante una incisión quirúrgica en el abdomen y por ello suele tener más complicaciones pero el éxito de la intervención es mayor que en la otra técnica ya que no suele exigir reintervenciones.
Existen otros métodos alternativos en fase de desarrollo. Uno es la dilatación de la uretra que se realiza mediante la colocación de una prótesis en la uretra prostática, que se dilata con un sistema hinchable. Otro método es la destrucción del tejido prostático con agujas que emiten radiofrecuencias, o por hipertermia y termoterapia, capaces de destruir parte de la próstata mediante el calor sin lesionar los tejidos alrededor de la misma.