Se identifica biomarcador para cáncer de pulmón en fumadores

Científicos de Mayo Clinic demostraron que un determinado par de proteínas puede ser muy útil como biomarcador del pronóstico para identificar el cáncer de pulmón vinculado al hábito de fumar. La proteína ASCL1 se vincula con mayor expresión del oncógeno RET, un gen específico
que causa cáncer y se conoce como RET. Los resultados aparecen en la edición de la revista Oncogene. “Lo emocionante de esto es el descubrimiento de algo que creemos será un objetivo medicamentoso”, comenta el Dr. George Vasmatzis, investigador de medicina molecular de Mayo Clinic y autor experto del estudio. “Se trata de un claro biomarcador para adenocarcinomas agresivos, que son aquellas células cancerosas de crecimiento rápido presentes en los pulmones de los fumadores”.
Se sabe que el ASCL1 controla el desarrollo de las células neuroendócrinas, y anteriormente estuvo vinculado con la regulación de la tiroides y el desarrollo del cáncer pulmonar de células pequeñas, pero no con el cáncer de pulmón por tabaquismo. La investigación también reveló que
los pacientes con tumores ASCL1 y niveles altos de la proteína oncógena RET no sobrevivieron tan largo como los pacientes con ASCL1 y niveles bajos de RET.
Cuando los científicos bloquearon la proteína ASCL1 en las líneas celulares del cáncer de pulmón que expresaban ambos genes, el nivel de RET disminuyó y el crecimiento del tumor se lentificó.
Por ello, los científicos creen que este mecanismo se convertirá en un objetivo esperanzador para
posibles fármacos y en fuerte candidato para ensayos clínicos.

Imágenes de alta tecnología contribuyen a diagnóstico de cáncer tiroideo de bajo riesgo

La creciente brecha entre la incidencia del cáncer de tiroides y los fallecimientos a causa de la
enfermedad plantean que se diagnostica y trata excesivamente el cáncer de bajo riesgo, descubrió
un estudio del Centro de Mayo Clinic para la Ciencia de Brindar Atención Médica.
El estudio fue publicado en la edición actual de BMJ (Revista Médica Británica). “Las imágenes
obtenidas con tecnología de punta, como la ecografía, la tomografía computarizada y la resonancia magnética, tienen la capacidad de detectar nódulos tiroideos muy pequeños, muchos de cuales son cáncer papilar de tiroides de crecimiento lento”, comenta el autor principal del estudio, Dr. Juan Pablo Brito, fellow en endocrinología y becario en prestación de atención médica en Mayo Clinic. “Esta situación expone innecesariamente a los pacientes a tratamientos nocivos que no guardan correspondencia con el pronóstico”.
El Dr. Brito menciona que la extirpación quirúrgica completa o parcial de la glándula tiroides es un procedimiento caro que conlleva el riesgo de complicaciones, como niveles bajos de calcio y lesión a los nervios. Los procedimientos de extirpación quirúrgica se han triplicado en
Estados Unidos durante los últimos 30 años, desde 3.6 por cada 100,000 personas en el año 1973 a 11.6 por cada 100,000 personas en el año 2009.
“La incertidumbre respecto a los beneficios y peligros del tratamiento inmediato de un cáncer papilar de tiroides de bajo riesgo debe motivar a los médicos a involucrar a los pacientes en el proceso de tomar decisiones para garantizar que el tratamiento guarde correspondencia con la evidencia científica y con los objetivos del paciente”, añade el Dr. Brito.
A fin de poner las cosas en contexto para el paciente, el Dr. Brito recomienda desarrollar un nuevo
término que conlleve un pronóstico favorable para el cáncer papilar de tiroides de bajo riesgo, tal como micro lesiones papilares de evolución lenta (microPLIC, por sus siglas en inglés). La existencia de un nuevo término permitiría a los médicos ofrecer con más facilidad a los pacientes la alternativa de la vigilancia activa, en lugar de un tratamiento inmediato y generalmenteintensivo.
Además, el médico invita a investigar más el asunto para encontrar los cuidados más adecuados
para estos pacientes.

Mi Prostate Score nueva prueba para detectar cáncer de prostata

Más de 1 millón de hombres se someterán a una biopsia de próstata este año, pero sólo alrededor de una quinta parte de las biopsias se traducirá en un diagnóstico de cáncer. Esto se debe a que la tradicional
prueba de detección del cáncer de próstata en  un examen de sangre para medir el antígeno prostático específico, o PSA , no proporciona a los médicos una visión completa.
Ahora, el Sistema de Salud de la Universidad de Michigan ha comenzado a ofrecer una nueva prueba de orina llamada Mi-Prostate Score para mejorar el análisis
de PSA para el cáncer de próstata. La prueba incorpora tres marcadores específicos que podrían indicar cáncer y los estudios han demostrado que la combinación es mucho más precisa que la prueba para el PSA por si sola.
“Muchos más hombres tienen un PSA elevado que en realidad cáncer, pero puede ser difícil de
determinar esto sin una biopsia. Necesitamos nuevas herramientas para ayudar a los pacientes y
a los médicos a tomar mejores decisiones acerca de qué hacer si el PSA sérico es elevado. Mi-Prostate Score ayuda con esto”, dice La calificación de la prueba Mi-Prostate mejora la predicción de cáncer
Scott Tomlins, MD, Ph.D., profesor asistente de patología y urología de la Universidad de Michigan.
Los investigadores validaron la nueva prueba de cerca de 2,000 muestras de orina. Mi-Prostate
Score, o MiPS, fue significativamente más precisa que el PSA por si solo que para predecir el cáncer, así como la predicción de cáncer de próstata agresivo que pueda crecer y propagarse rápidamente. Mi-Prostate Score fue desarrollada a partir de un descubrimiento en el laboratorio de Arul Chinnaiyan,
MD, Ph.D., en el año 2005 de una anomalía genética que se produce en aproximadamente
la mitad de todos los cánceres de próstata, una instancia de dos genes cambiando lugares y fusionándose juntos.
Se cree que esta fusión del gen, T2:ERG, causa el cáncer de próstata.

Los estudios en tejidos de la próstata muestran que la fusión de genes casi siempre indica cáncer.
La nueva prueba de orina busca el T2:ERG así como otro marcador, PCA3. Esto se combina con una
medida de suero PSA para producir una evaluación del riesgo para el cáncer de próstata. La prueba
también predice el riesgo de tener un tumor agresivo, lo que ayuda a médicos y pacientes a tomar decisiones
sobre si se debe esperar y controlar los niveles de prueba o realizar una biopsia inmediata.
“Esta combinación de pruebas no está diseñada para definir definitivamente en el momento del diagnóstico si un hombre tiene cáncer de próstata agresivo, pero puede proporcionar una estimación más precisa de la probabilidad de tener cáncer y la probabilidad de que el cáncer sea agresivo”, dice Tomlins .
La prueba está disponible para cualquiera pero requiere la solicitud de un médico.

Efectos deTratamiento de radiación contra el cancer

Investigadores de Johns Hopkins sugieren que las células madre neurales pueden regenerarse después del tratamiento contra el cáncer 

Los científicos han creído durante mucho tiempo que las células sanas del cerebro, una vez
dañadas por la radiación diseñada para matar a los tumores cerebrales,
no podían regenerarse.Pero una nueva investigación de Johns Hopkins en ratones sugiere que las células madre neurales, la fuente del cuerpo de nuevas células cerebrales, son resistentes a la radiación, y pueden ser despertadas de un tipo de estado de hibernación para reproducirse y generar nuevas células capaces de migrar, reemplazar las células dañadas y potencialmente restaurar la función perdida.
“A pesar de estar muy afectadas por la radiación, resulta que las células madre neurales son como las fuerzas especiales, están a la espera de ser activadas”, dice
Alfredo Quiñones-Hinojosa, MD, profesor de neurocirugía en la Facultad de Medicina de Johns Hopkins y líder del estudio publicado en línea en la revista Stem Cells.
“Ahora podemos encontrar la manera de liberar el potencial de las
células madre para reparar daños del cerebro humano”.Los hallazgos, agrega Quiñones-
Hinojosa, pueden tener consecuencias no sólo para los enfermos de cáncer del cerebro, sino también para las personas con enfermedades neurológicas progresivas,como la esclerosis múltiple (MS) y la enfermedad de Parkinson (PD), en la que las funciones cognitivas empeoran cuando el cerebro sufre permanentes daño en el tiempo. En el laboratorio de Quiñones- Hinojosa, los investigadores examinaron los efectos de la radiación sobre las células madre neurales de ratones probando las respuestas de los roedores a una lesión cerebral posterior. Para el experimento, los investigadores utilizaron un dispositivo inventado y utilizado sólo en Johns Hopkins que simula con precisión la radiación localizada utilizada en el tratamiento del cáncer humano.Otras técnicas, dicen los investigadores, utilizan demasiada radiación para imitar con precisión la experiencia clínica de los pacientes con cáncer cerebral.

En las semanas después de la radiación, los investigadores inyectaron a los ratones con lisolecitina, una sustancia que causa daño cerebral mediante la inducción de una lesión desmielinizante en el cerebro, igual a la presente en la EM. Encontraron que las células madre neurales en la zona subventricular del cerebro irradiado generó nuevas células, que acudieron al lugar para rescatar a las células dañadas recientemente lesionadas. Un mes más tarde, las nuevas células se habían incorporado a la zona desmielinizada donde nueva mielina, la proteína que protege los nervios, se
estaba produciendo. “Estos ratones tienen daño cerebral, pero eso no quiere decir que sea irreparable”, dice Quiñones Hinojosa. “Esta investigación es como el trabajo de detective. Estamos poniendo una gran cantidad de pistas juntas. Esta es otra pequeña pieza del rompecabezas.
El cerebro tiene unas capacidades innatas para regenerar y esperamos que haya una manera de tomar ventaja de ellas. Si podemos aprovechar este potencial en los seres humanos, es posible que podamos ayudarles a recuperarse de la radioterapia, los accidentes cerebrovasculares, trauma cerebral, y lo que sea”. Sin embargo, sus resultados pueden no ser del todo una buena noticia. Las células madre neurales se han relacionado con el desarrollo de tumores cerebrales, advierte Quiñones Hinojosa. La resistencia a la radiación descubierta en sus experimentos, dice, podría explicar por qué el glioblastoma, la forma más mortal y más agresiva de cáncer de cerebro, es
tan difícil de tratar con radiación.